Aquí tiene varios vídeos sobre el lenguaje silbado de La Gomera. También puede una película de 20 minutos aprox. sobre el Silbo en la página Película de esta misma Web.
VÍDEO 1
El Silbo es un lenguaje ancestral que aún se conserva en la isla de La Gomera, en Canarias. Dos personas pueden comunicarse a mucha distancia, utilizando el silbo como instrumento lingüístico. Su sobrevivencia se debe a la orografía montañosa de la isla y a la necesidad de sus habitantes de practicar el pastoreo hasta hace pocos años.
Desgraciadamente, pocos son ya los viejos silbadores que continúan vivos. Se intenta enseñar el Silbo a las nuevas generaciones, en los colegios; pero el éxito es escaso, debido, en gran parte, a la falta de un método realizado con suficiente rigor.
En este vídeo, aparecen varios silbadores de prestigio. Uno de ellos, don Isidro Ortiz, trata de explicar cómo funciona este lenguaje silbado.
VÍDEO 2
Un silbador gomero es capaz de transmitir a otro, situado a kilómetros de distancia, cualquier cosa que se pueda decir en una lengua «normal», como el español, el francés, el inglés, el chino o el swajili.
Se trata de una de las principales herencias culturales que los canarios han heredado de sus antepasados, los guanches. Sólo se conserva en la isla de La Gomera (si bien, un joven investigador ha afirmado recientemente que también existe un lenguaje silbado en El Hierro) y es probable que únicamente se silbara en ella, si hemos de hacer caso a las crónicas de los conquistadores.
Precisamente, sobre Silbo Gomero, fue presentada la reedición del libro «El Silbo Gomero. Análisis lingüístico», editado en 1978 por el Instituto Andrés Bello de la Universidad de La Laguna. Ahora aparece con el título «El Silbo gomero. Nuevo estudio fonológico». Su autor es el filólogo gomero, Ramón Trujillo Carreño, auténtica autoridad académica en la obra del venezolano Andrés Bello.
No obstante, en mi humilde opinión, este libro continúa insistiendo en los mismos errores de la primera edición, sin que se note un avance en la investigación. A mi juicio, el principal problema es que el autor no sabe silbar y, por otra parte, parece utilizar técnicas que hace tiempo han quedado obsoletas para el estudio del Silbo.
¿Es posible escribir un buen libro de filología inglesa sin saber hablar inglés? ¿No se perderán demasiados matices, giros linguísticos, etc. si su autor no habla ni una palabra del idioma, por muy buen oído que tenga?
Por otra parte, aconsejo escuchar atentamente esta conferencia en que Ramón Trujillo Carreño pone de manifiesto su talante hacia el silbo, los silbadores y el resto de los investigadores del Silbo. No tiene desperdicio.
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